Déjalos que se vayan

Hay una sevillana bastante añeja cantada por 'Los del Río' titulada 'Déjala que se vaya'. En ella, exponen numerosos motivos para dejar que una mujer que no aprecia ni ama las tradiciones andaluzas en general, y las relacionadas con la Fiesta del Rocío en particular, se vaya. Es decir, ¿por qué retenerla, si en realidad ella no quiere quedarse?
Retomo aquí esta reflexión y se me ocurre que esta simple frase podría limar una gran parte de las asperezas con las que venimos lidiando últimamente en esta piel de toro. Y es que uno de los reinos de taifas que componen lo que llamamos España dice querer independizarse, y ha decidido, en plan mosca cojonera, amargar la vida al resto hasta que lo consiga. Ya hace algunos años que el afán segregacionista nos acecha en cada esquina, y no se puede ver la tele, escuchar la radio o incluso ir por la calle sin encontrarse el dichoso temita hasta en la sopa. Casi se me ha olvidado que España está compuesta por 17 comunidades autónomas, a fuerza de oír hablar siempre de una sola y la misma, y del proceso que no es tal, ya que un proceso es, por definición, algo cambiante, y en cambio éste está más parado que un chotis.
Sin entrar en las razones que han provocado esta situación, ni querer darle o quitarle la razón a nadie, lo que veo es que nuestras disputas internas son el hazmerreír de la comunidad internacional, y todo por no dejar salir a quien está dispuesto a reventar la puerta a patadas para conseguirlo. Mientras tanto, el Parlamento está secuestrado y el país hipotecado a cuatro gatos que, a modo de los favoritos de los reyes de antaño, hacen y deshacen a su antojo, ponen y quitan gobiernos y comercian con sus apoyos y sus votos. ¿Por qué permitimos que los representantes de la opinión de algunos miembros de una de las 17 regiones españolas controle la política que se aplique al conjunto del país? Hace 8 meses, pusieron un gobierno porque les convenía. Hace 2 semanas, lo tumbaron porque dejó de convenirles. ¿Por qué dejamos que el bebé caprichoso decida por toda la familia? ¿Solo porque llora más alto? 
Creo que es hora de dejar de tratar a los independentistas como al hijo predilecto al que tratamos de mantener en casa a toda costa porque no podemos vivir sin él, y empezar a plantearnos dejarlos volar a su aire y desearles buena suerte. A lo mejor, cuando el cuco abandone el nido común, podremos relajarnos y empezar a disfrutar de los viajes del Imserso.
Señores políticos, Señor Rey: Por favor, déjenlos que decidan y, si su decisión es irse, de
nles su bendición y déjenlos que se vayan. En beneficio de todos.

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