Hacia Belén va una burra

Parece obligado hablar o escribir sobre la Navidad en esta época del año, en que se celebra... ¿Qué exactamente? La respuesta obvia es, el nacimiento de Jesucristo, que para algunos fue el hijo de Diós, para otros un profeta y para los menos, un simple personaje histórico, más o menos al mismo nivel de popularidad que John Lennon, cuyo nacimiento, según numerosas evidencias, tuvo lugar en agosto.
Y todos los no practicantes, agnósticos y ateos (que los hay), ¿qué celebran? ¿Comprar en tiendas llenas hasta la bandera productos que no necesitan mucho más caros que el resto del año? ¿Reunirse con familiares de los que no han sabido nada, ni ganas, en los últimos doce meses?
Esta fiesta, inicialmente pagana, luego religiosa, y ahora más pagana que nunca, incita a amarse y perdonarse a golpe de tarjeta de crédito y de villancicos, ese infame subgénero musical de dudosa calidad y demostrada incongruencia histórica que tenemos que soportar en todos los lugares públicos desde Todos los Santos hasta Reyes. 'Hacia Belén va una burra cargada de chocolate'... ¿Cuándo? ¿Hace 2000 años? En esa época, no se había inventado el chocolate. ¿Y desde dónde? Porque la burra nunca llega, todos los años lo mismo. En fin, confieso que el runrún de los villancicos, al igual que la música 'Chillout', me pone de los nervios, y sé de más gente a quien le pasa.
Ya sé que estoy asumiendo el papel del Grinch, pero es que tengo la impresión de que la Navidad, época mágica para los niños, pero líder en suicidios y divorcios entre adultos, cada vez incomoda más, y no dejo de oir declaraciones de gente que este año no tiene ganas de fiesta, o desearía dormirse y volver a despertar el 7 de enero, o urde planes más o menos descabellados de evasión de los encuentros familiares.
Os deseo a todos y a todas una feliz Navidad. Yo, por mi parte, ya he empezado a ahorrar para irme de viaje el año que viene por estas fechas. A algún pais musulmán, a un retiro budista o a un poblado amazónico. En cualquier caso, a algún lugar del mundo en el que no se celebre la Navidad.